Los avances logrados en el área de telecomunicaciones han permitido que el hombre se desempeñe de una manera más eficiente, y es esta eficiencia lo que en gran medida, ha motivado a empresas nuevas que día a día exigen mayores retos a quienes lo desarrollan.
Así, el mundo de la información es, tal vez, uno de los ámbitos que ha sufrido cambios más veloces en el mundo actual. ¿Quién se hubiera imaginado hace ochenta años, por poner una cifra, que una información podría ser leída en cualquier parte del mundo simultáneamente?
Actualmente, existen muchas fuentes de información y medios de comunicación; entre ellos, terminales telefónicas, cuya red está creciendo a un ritmo del 10%, no en términos de teléfonos móviles, que crecen a un 30% o 40%, Internet está creciendo a un ritmo de 80% o 100% desde 1998 y sigue creciendo al mismo ritmo. Posiblemente más allá del 2010, más de la mitad de la población mundial estará presente en Internet, es decir, que dentro de seis años Internet tendrá una dimensión comparable a la de la infraestructura telefónica existente en el mundo.
Actualmente en este mundo vertiginoso existe una gran cantidad de información, proveniente de Internet, por lo que la comunicación como ha sido definida anteriormente, ha perdido su funcionalidad original que consistía, en parte, en intercambiar afectos, valores, expectativas, etc.; se ha perdido el factor de la expresión emocional. Además, se ha perdido el control de la comunicación; navegamos por Internet y encontramos demasiada información sobre un mismo tema, tanta que a veces no sabemos de dónde proviene ni adónde va, de la misma forma, cualquier información que nosotros aportemos a la red, no tendrá ningún medio de control que limite su propagación. Todo esto ha contribuido a dar más énfasis, casi exclusivamente, a la función de fuente de información de la comunicación, con lo que no se logra una comunicación íntegra, lo que provoca una disminución en las relaciones interpersonales, entorpeciendo esto la calidad de vida de las personas.
Por todo lo anteriormente expuesto, podemos decir, que si bien consideramos que los medios de comunicación humana que hoy encontramos no han evolucionado de una manera favorable para las relaciones humanas directas, cálidas o naturales, pueden, no obstante lo anterior, cambiar de fin, es decir, pasar de ser meras fuentes de información a ser verdaderos nexos entre las personas, con componentes afectivos, emocionales y en general vivenciales que compartir, y así quizás, de esta manera, producir un cambio a nivel universal en cuanto a la modernidad y globalidad que vivimos y que no hemos sabido enfrentar de una manera íntegra.
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